El monte Uluru o Ayers Rock es un monolito inmenso que está en medio de la nada. Es enorme, es decir, un mamotreto de la hostia. Tiene un rojo intenso que no se aprecia en las fotos. Las tonalidades de color van variando según la hora, ya que depende de como le esté dando el sol es distinto el color que coge. Dicen que hay que ver una puesta de sol y un amanecer para poder apreciar toda su belleza y esa era nuestra intención.
En todas las guías y en todos los carteles que hablan sobre él, te piden por favor que no lo escales. No está prohibido, pero es un lugar sagrado de peregrinación para los aborígenes y no les gusta que los turistas lo escalen.
Por si decides pasarte los deseos de los aborígenes por el forro, hay ayudas para subir y el camino está marcado. Te ponen en sobreaviso de que no es nada fácil llegar a la cima y que se requiere una cierta condición física. También te avisan de que se han matado 35 personas amén de bastantes heridos de gravedad (y de hecho no me extraña).

Nosotros, que no habíamos conducido 2000 km desde Darwin para verlo sólo desde la base, queríamos llegar un par de horas antes de la puesta de sol, ya que ese es el tiempo estipulado para subir, y poder hacerlo tranquilamente. Pero a la hora de la verdad, estábamos llegando a la base unos 50 minutos antes de la puesta de sol.
Ni cortos ni perezosos, decidimos que aquella era nuestra única oportunidad y que por narices lo haríamos, aunque no pensábamos que hacerlo al ritmo que necesitábamos para poder estar arriba antes de que se pusiera el sol iba a ser tan extremadamente duro. Y lo fue...y mucho.
Un fumador y un asmático no son lo que se vendría a llamar dos alpinistas ideales, pero la subida a un ritmo frenético es terrible para cualquier persona, palabra. De hecho, el asma de Kike al principio fue un impedimento...
Si queréis ver un fragmento, aquí está. No hay ni trampa ni cartón, y el que crea que somos unos exagerados lo emplazamos a que vaya y lo haga más rápido todavía.
Cuando puede coger la cámara para grabar era porque el trozo realmente empinado había terminado, ya que antes necesitaba las manos para agarrarme a la cadena.

Este primer trozo a un ritmo muy muy alto fue el que nos destrozó. Pero la parte en la que voy grabando ya no había pendiente y simplemente era un sendero bastante tortuoso, lo que pasa es que la fatiga seguía ahí: en las piernas y en los pulmones. De ahí la extenuación máxima.
Realmente valió la pena y fue un momento que permanecera en nuestra memoria para toda la vida.

Desde arriba asistimos a una puesta de sol inolvidable y encima...estábamos sólos! No hay muchos locos que se atrevan a hacer la bajada de noche...

Esta mañana, despues del tute de ayer y con unas agujetas bastante considerables, nos hemos levantado a las 6 de la mañana para ir a ver salir el sol desde la falda. Así que hemos cumplido con todo.
Posteriormente, hemos ido a un lugar llamado King's Canyon. Es un cañon bastante impresionante con unas vistas muy guapas. Hemos hecho un poco de ruta por ahí y para acabar, el último panzón de kilómetro de vuelta hacia Alice Springs donde estamos ahora.


En total le hemos hecho a nuestra fiel cheapacampa unos 3500 km. Así que podemos decir que abandonamos el centro de Australia profundamente satisfechos después de haber aprovechado bien el tiempo.